Finca mediterránea con gran parcela en el Puerto de Jávea

En el corazón del Puerto de Jávea, se encuentra esta finca tradicional de estilo mediterráneo, rodeada de jardines consolidados y un ambiente de tranquilidad. La luz del Mediterráneo inunda sus muros de piedra y los porches con arcos originales, conservando el carácter auténtico de las viviendas históricas de la zona.

La propiedad se sitúa sobre una parcela urbana de más de 4.000 m², con una superficie construida de aproximadamente 464 m² distribuidos en dos niveles. Su orientación sur y su posición elevada aseguran una luminosidad constante y unas vistas que conectan de forma armoniosa con el entorno natural del puerto.

La finca mantiene su estructura original, ofreciendo la posibilidad de restaurarla como residencia familiar con carácter, o de desarrollar un proyecto residencial boutique de bajo impacto. Los detalles arquitectónicos —techos altos con vigas de madera, suelos hidráulicos, arcos de piedra y pavimentos artesanales— reflejan la esencia más auténtica del Mediterráneo.

Su ubicación es excepcional: a pocos minutos a pie del puerto, la playa y todos los servicios, permitiendo disfrutar del estilo de vida mediterráneo sin necesidad de vehículo, algo cada vez más valorado en Jávea.

Además de su valor histórico y estético, la finca cuenta con un notable potencial urbanístico. Clasificada como Suelo Urbano Extensivo Mezquides – Ordenanza E grado 2, puede dividirse en varias parcelas según distintas configuraciones:

Opción 1: parcelas de aproximadamente 731 m², 1.674 m² y 1.372 m².

Opción 2: dos parcelas de alrededor de 1.274 m² y 1.772 m².

Opción 3: división alternativa con una parcela de 3.046 m² y otra de 731 m².

Con una edificabilidad neta de 0,28, ocupación máxima del 30 % y altura permitida de dos plantas, la finca permite crear un residencial exclusivo que combine privacidad, diseño contemporáneo y respeto por la autenticidad local.

Esta finca representa una oportunidad única para quienes buscan un proyecto con alma, donde historia, ubicación y potencial se unen en un enclave singular junto al mar.